Dentro de las relaciones de pareja pueden existir momentos en los que no todo vaya bien. Las circunstancias que la rodean, los cambios que observamos en las personas que la componen, las distintas etapas de maduración por las que se pasa.
La monotonía del día a día, la enfermedad, la llegada de los hijos o la ausencia inesperada de los mismos, la falta de comunicación, la complejidad del medio laboral, los problemas económicos e incluso los problemas que aparecen en la esfera sexual, son en muchos casos causa de conflictos que, si no son tratados de la manera adecuada, pueden conllevar incluso a la ruptura de la pareja.